La presión desempeña un papel fundamental en la eficacia y la seguridad de los procesos de esterilización por vapor, como los que se utilizan en los autoclaves. En los esterilizadores de vapor saturado, la presión y la temperatura están directamente relacionadas: al aumentar la presión, se eleva el punto de ebullición del agua, lo que permite generar vapor a alta temperatura (a menudo a 121 °C o 134 °C). Estas temperaturas elevadas son esenciales para eliminar eficazmente los microorganismos y las esporas presentes en los equipos, las herramientas o las superficies de los productos.
Mantener la presión correcta durante todo el ciclo de esterilización también garantiza que el vapor penetre completamente en los artículos cargados y elimina los puntos fríos, lo que asegura una distribución uniforme del calor. Cualquier desviación de los puntos de ajuste de presión puede afectar a la calidad del vapor, influir en la eficacia de la esterilización y provocar fallos en los ciclos de validación.
En Kaye, la monitorización y la calibración de la presión son componentes esenciales de la validación térmica a la hora de certificar esterilizadores de vapor, especialmente en entornos regulados por GxP, como la fabricación de productos farmacéuticos y dispositivos médicos. Nuestros sistemas admiten la integración de sensores de temperatura y presión para garantizar el pleno cumplimiento de las normas reglamentarias internacionales, como EN 285 e ISO 17665.